EL RELATO DE UN FANTASMA

Hace aproximadamente  un año los abuelos  fuimos a cubrir un evento  al barrio aures  con niños de varias edades, en las fiestas culturales.  Yo leí un cuento de espanto cuando terminé de leer la historia, se acercó  una niña de seis a siete años.  Su rostro pálido, delgada, con ojos exorbitantes, le pregunté su nombre y no me respondió  ella solo quería contarme algo…

“ Abuela en mí casa hay un espato vive hace mucho tiempo con nosotros mí abuelita lo bautizo FANTOMA, el cuidaba a un tío en el estadio ,cuando se emborrachaba  FANTOMA  le cerraba la puerta de la calle; el tío se fue a vivir a Bogotá y la abuela de la niña se llevo el trasteo de la casa y FANTOMA se fue detrás del camión  mi abuela. Nos asusta con FANTOMA cuando estamos desobedientes  o unos de mis primos mayores ven pornografía  el FANTOMA apaga el televisor, en las horas de la noche, y apaga la luz. Tira  piedritas.”

 Yo sonreí , y le dije que ese espanto es muy particular. Le aconsejé cómo echar ese fantasma de su hogar, la niña agradeció mil gracias por ayudarle… “Esta noche voy a listar las maletas para que se valla caminando”, dijo y se fue sonriendo, también.

Madre

Madre te extraño, recuerdo todas las cosas que hicimos juntas,  los momentos de alegría, sentía que mis días fueron como un sueño por que estaba junto a ti, extraño tus bellas palabras que me hacían volar por el aire con tus manos entrelazadas con las mías, recuerdo los momentos que llorábamos juntas por cualquier motivo, cuando nos entristecía situaciones que nos ponían sentimentales cuando llorábamos un 31 de diciembre deseándonos feliz año o cuando llorábamos de alegría, recuerdo los juegos que nos ponía tan feliz que parecíamos como niñas pequeñas, extraño tus locuras y tus chistes descachados que igual hacías que se soltara una risa en mis labios, extraño tus abrazos que me sentía que nunca quisiera separarme de ti que nunca me soltaras por que me sentía refugiada y protegida, extraño tus consejos, en hablar contigo en contarte y compartirte mis cosas, extraño tu risa pegajosa tu alegría. Pero ahora que no te tengo a mi lado mis días se han vuelto en un abismo de muchas preguntas sin repuestas, de un “POR QUE” y de “PEROS”, te extraño y no te imaginas cuanto, a pesar de tantas cosas te tengo todo el tiempo en mis pensamientos.

TE EXTRAÑO

Mile Yulieth Cano Saldarriaga

BFGM

Un Poema

Cuando llegue la lluvia, sembraré,

La más hermosa flor que soñaste en lo más profundo de tu corazón

La lluvia sopla, como perfume que refresca la flor;

Es el secreto que guardo en este jardín de amor.

Apura los pasos mujer que la flor va a desfallece

Porque tu amor es frio y juguetón.

Estoy inquieta, hoy se vence el plazo y el sol brilla en el ocaso

En este día primaveral y no te veo llegar,

Serás carnal o sólo una figura fantasmal.

Al amanecer mis lágrimas caen a través del cristal

De ese ventanal, y un rayo de luz me vuelve a la realidad

Que dulce pesadilla (ja, ja, ja)

Sandra Gómez 

Te vi

Te vi 

Recuerdo la primera vez que te vi.

Ya tantas veces te había mirado,

Pero la primera vez que te vi,

Algo adentro de mí vibro.

Mi lengua se seco,

Mi garganta enmudeció,

Mi corazón oscilo locamente,

Mi estomago se lleno de mariposas,

Mis piernas se doblaron,

Realmente no se qué paso.

Si yo tantas veces te había mirado

Pero esta vez te vi, si te vi

También vi tus ojos, que me sonrieron

Y así te vi y ¡me viste!

Olga Lucia Tarazona Díez

Mirar la vida

Mirar la vida

Mirar la vida con ojos de amor,

Es lo mejor que todos podemos hacer.

Es mirar la sonrisa de un niño

Y sonreír en él.

Es escuchar el canto de un pájaro

Y cantar con él.

Es oler una rosa y dormir en su aroma.

Es tocar la ternura aunque sea

Una utopía hacerlo.

Es sentirse feliz con sólo pensar en

El calor de un abrazo.

Es ser un niño siendo un hombre.

Es estar preso de la vida

Y sentirse libre en ella.

Es correr al encuentro de lo

que nos rodea.

Olga Lucia Tarazona Diez 

CUANDO LLEGUE LA LLUVIA

Estoy aquí sentada,
hasta cuando llegue la lluvia,
porque tú vendras con ella,
me mirarás y dirás ¡hola! Sonreirás
igual que yo, sonreiré.

Verás a melancolía que se coló en mis ojos
Y preguntarás si eres el culpable?

Te diré que no. Y sabrás que es verdad
porque ambos sabemos quien es el culpable.

Pensaremos, fue el tiempo? No
entonces la soledad? No
La tristeza? No
La distancia? No

Así que seguiremos buscando al culpable en nuestra mente
y llegaremos a una conclusión terrible,
fue el peor enemigo de todos,
el Amor.

Olga Lucía Tarazona Díez.
B.F.G.M